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Luz y Oscuridad 3.0

Licencia Para Opinar – Nicolás Burgueño Kosenco

 

Luz y Oscuridad 3.0

Licencia Para Opinar – Nicolás Burgueño Kosenco

Y ahí me encontraba, mirando la pantalla que enviaba a mis neuronas sus señales, mientras mis dedos se movían “scroleando” las publicaciones y publicidades una a una, por decenas, por centenas, tal vez por miles. Pasando de una aplicación a otra sin escalas, de una pestaña a otra, de una pantalla a otra, sin poder hacer un alto y disfrutar de la vida real o que mi propia creatividad se lograra manifestar en aunque sea unas líneas, ya fuera en la parte libre de una hoja de papel reciclado o en algún programa de texto en la compu. Dos o tres puntos azules con una lapicera, una o dos palabras tal vez, un título, un garabato como disparador, una frase en el word, el open office o el google doc, algo… 

Quizás libre por unos segundos pero de inmediato preso de alguna de las pantallas, en un péndulo que te lleva desde leer algún paper acerca de los nuevos tratamientos para el síndrome de superposición entre colangitis esclerosante primaria y hepatitis autoinmune, y alguna teoría conspirativa acerca de reptilianos inoculando chips 5G junto a las vacunas, o la manija de la OTAN contra cualquier cosa que diga Ruso – hasta con la salsa CaRuso se han metido me parece- , o que Cande Tinelli tiene un nuevo tatuaje  y si quieres verlo entra en el siguiente link o que Britney Spears compartió otra foto en instagram al borde de la censura y los fans están preocupados por su salud mental (eso sin nombrar la cantidad de fanatiqueadas políticas uruguayas que leemos en el medio)… y en un instante noté algo.

Recordé las “escrituras, libros, textos, fábulas, historias de la lucha entre el Bien y el Mal, entre los ángeles y los demonios, entre la luz y la oscuridad… y noté también que esta lucha que muchos tenemos diariamente es un ejemplo de eso mismo. 

La Luz, ese despertar que nos conecta con El Todo, nos hace volver a la fuente, reconocer la Matrix y notar que no somos parte de la misma, nos hace elevarnos y mirar el tablero de ajedrez como si estuviéramos situados en la punta por la que se agarra el compás, elevarnos y vernos desde otro plano mientras nuestro cuerpo físico y mental están idiotizados, poseídos, encarcelados, atrapados, esclavizados por las pantallitas, durante horas actuando como los cuatro hijos idiotas del matrimonio Mazzini- Ferraz. 

“Tenían la lengua entre los labios, los ojos estúpidos y volviendo la cabeza con la boca abierta…”, “…y allí se mantenían inmóviles, fijos los ojos en los ladrillos…” “Casi siempre estaban apagados en un sombrío letargo de idiotismo, y pasaban todo el día sentados en su banco, con las piernas colgantes y quietas, empapando de glutinosa saliva el pantalón” 

(¿te imaginás la indignación que deben sentir conmigo en este momento luego de estas frases los ignorantes que no conocen a Horacio Quiroga? A veces pienso que fue una suerte para Horacio no haber sido parte de esta época de indingades colectives y censuradores de todo, que piden boicotear, hacer echar y ahorcar o prender fuego en la hoguera a cada persona que escribe o dice algo que no les gusta a los nuevos fundamentalistas de la actual de-generación de cristal a la que todo le da ansiedad y les ofende e intentan prohibirlo… o le tiran salsa de tomate a alguna obra de arte de algún museo para visibilizar su causa – imaginame escribiendo esto último con ojos de asombro y estupefacto- )

Volviendo al tema… así me ví desde un plano diferente, tal vez el famoso Astral (y no el jabón que aquella muchacha de la publicidad usaba  “desde que era así” ), con ese aparato, -la caja idiotizante, el chupete electrónico, the black mirror (el espejo negro) – absorviendo la poca inteligencia que me quedaba, sustrayendo mi atención y anestesiando mi capacidad creativa, chupando las energías cuál vampiro, sin dejarme poder expresar en las hojas en blanco que esperaban ser lienzos de futuras historias, pero que no logran ganarle al algoritmo y sus notificaciones cuando de captar la atención se trata.

Uruguay postpandemia, 2022 de la Era Vulgar, la lucha entre ángeles y demonios sucede en otro campo de batalla, el botín, la voluntad del individuo por ser libre y disfrutar de la vida real Vs la Esclavitud de estar horas de tu día hipnotizado y enchufado en cualquier tipo de pantalla. 

Las herramientas para despertar: 

Primero, reconocer que existe tal lucha, y querer despertar

Abstraerse y notar que a cada rato, o algo dentro tuyo o una notificación, es el disparador que te lleva a mirar una vez más la pantalla.

Desconectar todas las notificaciones (yo hasta ahora no he podido, no porque no lo quiera hacer o no lo haya intentado, simplemente no encuentro dónde se desactivan algunas y además mi teléfono siempre se le ocurre que tiene que notificar algo o descargar algo o que algo me puede interesar o que tengo sin leer un mensaje en el ICQ o un zumbido en el Messenger, o una hoja sin leer en el cuaderno de la amistad de la escuela…)

 

Desconectar datos y wifi cada vez que te sea posible. Los de mi generación – nací en 1982- y anteriores nos criamos sin tanta conectividad y algunos sobrevivimos, y me parece que nunca hubo tanta “urgencia” como ahora y exceso de ansiedad por tener una respuesta o porque alguien mire un mensaje de “guatsap” o “te clave el visto” o todos esos traumas, malestares, depresiones y angustias que le genera a mucha gente que otros no estén tan conectados como ellos (o ellas, elles, ellis, ellus, ell@s, ellxs). 

 

Guardar el teléfono, apagado o en modo avión ya es casi algo de Maestro Espiritual Ascendido, un Asceta de las Redes sociales, algo casi de iluminado, aunque es muy bueno intentarlo de vez en cuando. 

 

Luego de lograr alguna de las acciones anteriores, nos queda otra, levantar la mirada, respirar hondo y notar que existe un mundo mágico esperando fuera de las pantallas, un mundo en el que vos sos el artista, el creador, el guionista, productor, editor y actor principal… LA VIDA REAL. 

 

Y así, sucesivamente, cada vez que el demonio en forma de pantallita te atrape y te absorba (que lo va a hacer, son miles de millones de dólares invertidos en lograr esclavizarte, no te sientas culpable, hace años que se perfeccionan los métodos), ser consciente que eso está sucediendo, respirar hondo, levantar la mirada, y volver a la realidad… o si notás que te consume demasiado y de forma enfermiza, otro método puede ser… ¡tirar contra la pared el celular! 

Y así se va otra #LicenciaParaOpinar con tinte de #FilosofíaBarata (y encima para que lo leas en un medio digital, desde alguna pantallita, en fin… la hipotenusa), pero bastante actual y útil para la nueva lucha entre el bien y el mal, y para diferenciar lo que es la vida virtual de la vida real:

#Desconectarparaconectar

 

Niko.·. : Vecino de Atlántida, Soñador, Trabajo en Química Fina en el Parque Científico y Tecnológico de Pando, a veces escritor, a veces comunicador, a veces comediante, a veces político, a veces filósofo de redes sociales, siempre Librepensador y “opinólogo”. Amo el debate de ideas. (No soy licenciado)





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